El actual pliego de condiciones del Consejo regulador de la Denominación de Origen Terra Altadata de 2011, pero la Denominación de Origen fue provisionalmente reconocida en 1972. Así, junto a Alella, Conca de Barberà, Empordà, Penedès, Priorat y Tarragona, esta es una de las siete denominaciones de origen históricas de Catalunya.
Desde los años 90 la Bodega Bàrbara Forés ocupó un papel protagonista en la valorización de la zona, siendo la garnacha blanca el eje principal de ese movimiento. Coma d’En Pou es uno de sus vinos más destacables, uno de los primeros que probé de esta bodega y la elaboración que me hizo descubrir la enorme calidad que atesoran las viñas y vinos de estas tierras.
El nombre de este vino se debe a la partida de les Comes d’En Pou, al este del municipio de Gandesa, en las estribaciones de la Serra de Cavalls. El término Coma hace referencia a una pequeña depresión en una zona montañosa. La partida cubre una superficie de alrededor de 10 hectáreas en las que encontramos viña, olivos y monte bajo. Los suelos, con presencia de conglomerados erosionados, son de textura franca con una elevada proporción de caliza activa. La parte central de la Coma tiene un suelo profundo y una pendiente moderada y está abancalada.
La primera nota de cata que conservo de este vino se remonta a abril de 2002 y correspondía a la añada 1999. En aquel momento en el ensamblaje varietal encontrábamos garnacha, shiraz y cabernet.

Durante bastantes años seguí acudiendo puntualmente a este vino como mi referente en Terra Alta, entonces, por motivos que no recuerdo, desapareció de los vinos que cataba, hasta que el año 2014 me llegaron noticias de la incorporación a la bodega familiar de Pili Sanmartín Ferrer, sexta generación desde Bàrbara Forés. Pili no tardó mucho en mostrar que junto a los vinos y maneras tradicionales de la bodega ella pretendía aportar su propia visión sobre el mundo del vino y con ello me planteé la necesidad de conocer esos vinos nacidos de la “nueva” generación, pero también de retomar los vinos “clásicos” de la bodega.
Pese a ello, el reencuentro se produjo más bien tarde que pronto, a finales de 2021, cuando volví a disfrutar de este viejo conocido. El Coma d’En Pou 2019 tiene una imagen notablemente diferente a la imagen que yo recordaba y también un ensamblaje varietal distinto, más en la línea del trabajo con el terruño y las variedades propias de la Terra Alta.
La añada 2019 vino condicionada por el otoño previo, lluvioso y muy húmedo hasta mediados de noviembre y por un invierno muy seco. La primavera de 2019 se caracterizó por pocas precipitaciones y también el verano fue seco y muy cálido si bien durante el mes de septiembre la precipitación fue algo mayor y cayeron 54 litros por metro cuadrado.
En cuanto al ensamblaje varietal se caracteriza como “garnachas en armonía” porque en la viña se encuentran mezclados distintos clones y tipos de garnachas, tal y como se plantaba antiguamente, destacando la garnacha tinta, la peluda y la roja. Se vendimia de forma manual y se vinifica conjuntamente. El vino fermenta en barricas abiertas y depósitos de acero inoxidable con levaduras salvajes. Macera con sus hollejos durante 13 días y una pequeña parte se vinifica con raspón. La elaboración termina con una crianza de 13 meses en barricas de roble francés de 500 litros.
Grado alcohólico: 15º
SO2 Total 37 mg/l
PVP aprox.: 23€